El camuflaje de cicatrices con tatuaje las disimula de forma muy efectiva aportando un tono de piel muy similar al anterior a la cicatriz. Técnica que hace que las cicatrices como las del acné, cesáreas o faciales (entre otras), pasen desapercibidas. Es un procedimiento sin dolor ni efectos secundarios y con resultados permanentes o semipermanentes.